Nosotros

Con las raíces bien puestas en nuestra tierra

La uva de Aleph procede de viejos viñedos familiares de pequeñas parcelas del entorno de la bodega, de entre 0,5 y 2 Ha, en el corazón de la pequeña aldea de Serradiel, dentro del término municipal de Casas-Ibáñez (Albacete). Estos suelos poseen calizas activas que permiten crear vinos de guarda, que a veces se hacen esperar, pero que con el tiempo despliegan su enorme complejidad en un conjunto elegante y armónico.

La multiplicidad de parcelas se corresponde también con una diversidad de cepas que incluyen varietales autóctonos como el bobal, la garnacha, el graciano o el macabeo, y también foráneos como el merlot, malbec, petit verdot o chardonnay. Cada parcela y cada variedad se trabaja y procesa por separado hasta su ensamblaje final.

Los viñedos más antiguos sobrepasan los 100 años, y estaban condenados hace tiempo a ser arrancados por su escaso rendimiento de no habernos empeñado en exprimir su esencia para crear vinos singulares. Apreciamos y atendemos especialmente estas cepas de bobal, entreveradas con otras de royal, que han vivido la historia de nuestro pueblo y ofrecen un fruto concentrado que da vinos de gran complejidad y elegancia. Su estructura radicular se ha tejido durante muchas décadas para destilar la esencia del suelo y ofrecer vinos telúricos y enigmáticos.

Con las raíces bien puestas en nuestra tierra

La uva de Aleph procede de viejos viñedos familiares de pequeñas parcelas del entorno de la bodega, de entre 0,5 y 2 Ha, en el corazón de la pequeña aldea de Serradiel, dentro del término municipal de Casas-Ibáñez (Albacete). Estos suelos poseen calizas activas que permiten crear vinos de guarda, que a veces se hacen esperar, pero que con el tiempo despliegan su enorme complejidad en un conjunto elegante y armónico.

La multiplicidad de parcelas se corresponde también con una diversidad de cepas que incluyen varietales autóctonos como el bobal, la garnacha, el graciano o el macabeo, y también foráneos como el merlot, malbec, petit verdot o chardonnay. Cada parcela y cada variedad se trabaja y procesa por separado hasta su ensamblaje final.

Los viñedos más antiguos sobrepasan los 100 años, y estaban condenados hace tiempo a ser arrancados por su escaso rendimiento de no habernos empeñado en exprimir su esencia para crear vinos singulares. Apreciamos y atendemos especialmente estas cepas de bobal, entreveradas con otras de royal, que han vivido la historia de nuestro pueblo y ofrecen un fruto concentrado que da vinos de gran complejidad y elegancia. Su estructura radicular se ha tejido durante muchas décadas para destilar la esencia del suelo y ofrecer vinos telúricos y enigmáticos.